Terminaron los Juegos de Río 2016, y los que los vimos con las gafas de Mavs fans puestas tenemos cosas positivas y negativas que sacar de lo visto en las últimas semanas.
O, en el caso de dos de los tres representantes de Dallas, más bien de lo no visto.
Como habíamos analizado antes del comienzo, era evidente que Harrison Barnes era el último jugador en la plantilla de Estados Unidos, y probablemente el salto del undécimo (Draymond Green) a él sea bastante importante. Apenas hemos podido ver a Barnes en algunos minutos de la basura con los partidos ya decididos, y no hubo nada destacable en esos instantes. Solo queda esperar que los entrenamientos y la experiencia adquirida con el grupo del Team USA ayuden a que Barnes de un salto de calidad en su primera temporada con los Dallas Mavericks. Estados Unidos cumplió con todos los pronósticos y se proclamó campeona olímpica por tercera ocasión consecutiva, superando a Serbia en la final.
Menos aún pudimos ver a Nicolás Brussino con la selección de Argentina. También en el fondo del banquillo, claramente por detrás del alero de los San Antonio Spurs Patricio Garino, Brussino tampoco destacó en las breves oportunidades de las que dispuso. Para los Mavs Brussino es una apuesta a medio / largo plazo, y al igual que en el caso de Barnes, esperemos que la experiencia le sirva para afrontar con más garantías un training camp en el que tendrá que ganarse su sitio para la próxima temporada. Argentina era la tercera gran favorita por detrás de Estados Unidos y España según el comparador de apuestas deportivas, pero fue de más a menos en el torneo y se cruzó con los estadounidenses antes de lo esperado, poniendo punto y final a su Generación Dorada con una eliminación en cuartos de final.
La nota positiva desde el prisma de los Mavericks fue sin duda la que puso Andrew Bogut. El pívot australiano no solo jugó a un gran nivel a lo largo de todo el torneo, sino que parte de su mérito estuvo precisamente en jugar, ya que llegó muy justo después de la lesión de rodilla que sufrió durante las Finales. Que estando muy lejos de su 100% haya sido capaz de dar este nivel de protección de aro y lectura en general tanto de defensa como de ataque debería ilusionar a los fans de Dallas. Recordemos que Tyson Chandler también tuvo un buen verano con el Team USA antes de incorporarse a los Mavericks en 2010.
Australia no contaba entre las favoritas en ninguna de las app de apuestas antes del torneo, pero desde el primer día se mostraron como la gran sorpresa de la competición. Finalmente, los aussies tuvieron que conformarse con el cuarto puesto, después de caer con España en la lucha por el bronce.
Los Juegos Olímpicos han servido para mitigar nuestra hambre de NBA durante el mes de agosto. Ahora toca esperar de nuevo, pero lo peor ya ha pasado: solo falta un mes para que comience el training camp.
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